Blog de Currolomar. Las nuevas etapas.

Gracias tío, buen material!

Ghost Rider visita la Alpujarra.

Si hay algo que me ha ayudado desde hace tiempo a desconectar del ruido mental y reconectar conmigo ha sido irme de ruta con la moto. Moverme entre carreteras intrincadas, descubrir paisajes alucinantes, sentir las moscas estampándose contra el casco y pararme en cualquier venta a tomar un café imaginando que soy un aventurero que inicia un largo camino siguiendo al Sol poniente.

Pero disfrutar de esta actividad no fue algo instantáneo. Entre otras cosas, tuve que ir acostumbrándome a la incomodidad de mi culo reclamando un sillón mullido, a mi espalda maltrecha maldiciendo mi estampa y a las frías cuchillas que el viento colaba entre mis ropas.

Mi historia como motero comienza allá por el 2015, cuando siendo un abogado aún lleno de ilusiones y algo de experiencia, comienzo a trabajar en el que sería mi último despacho. Por aquel entonces vivía en una zona alta de Granada cercana al campus universitario de Cartuja, en un pequeño piso con las mejores vistas que he tenido en mi vida. Cada día tenía que andar media hora para ir a trabajar y casi cuarenta minutos para volver (porque era to parriba) y el coche que me había prestado mi madre (que iba empezando a necesitar en Almería) tenía un consumo de zona azul en el que se me iba gran parte de mi sueldo inexistente.

De ahí que, a mis 27 años y prácticamente convencido de que sería incapaz de conseguirlo (por toda una vida sin coger ni una Vespino), me sacara el carnet A2 y me comprase una Honda CBF 250 de segunda mano. El hecho de que la moto estuviera en Almería resultó fundamental para que tuviera lugar mi primera gran aventura con ella en los términos que a continuación paso a relatar.

A finales de noviembre y con el carnet oliendo a recién hecho, cogí un tren y me fui a Almería, con la idea de ir probando la moto (que felizmente era la misma con la que había hecho las prácticas), ganar algo de confianza y gestionar el envío de la misma a Granada a través de una empresa de transporte de vehículos.

El primer día hice un trayecto de apenas 10 kms por autovía antes de salirme acojonado hacia una carretera nacional. La falta de un parabrisas, aunque le daba un toque más salvaje y desenfadado a la moto, hacía que pareciera un epiléptico sufriendo un ataque cada vez que me al viento le daba por bostezar. El segundo día me animé a ir al faro de Cabo de Gata y la experiencia fue genial. Me lo tomé con calma, apenas encontré tráfico y el tiempo acompañaba. Por alguna razón, aquellas vistas me parecieron más mágicas que nunca.

Al volver a casa, después de mirar por internet un poco, una empresa me hizo un presupuesto de aproximadamente 150 € para encargarse de todo. Me parecía un coste razonable, toda vez que la idea de llevarme la moto yo mismo había sido descartada del todo por seguridad... hasta que empecé a pensar “¿y si...?”, “¿te imaginas...?”. Y yo, que soy experto en darme razones para hacer lo que se me mete en la cabeza, le dije a mi padre que me iría con la moto a Granada y que tiraría por la carretera de la Alpujarra, que aunque sinuosa y estrecha, tendría poco tráfico y al ser más lenta, evitaría el viento. Además, sería una oportunidad de vivir una buena ruta con paisajes alucinantes y ganar experiencia. Con tal de evitarle un infarto a mi madre, decidimos ocultarle esta información no sin antes hacernos un corte en las palmas y estrecharnos las manos para sellar nuestro pacto de silencio (esto último puede ser ficción, nunca lo sabréis).

Salí por la mañana de un sábado, pertrechado con unos vaqueros, una camiseta de manga larga, la ligera chaqueta de moto de mi padre, unos guantes de nieve, una braga de cuello y unos zapatos gastados. Ah, y el casco.

La primera complicación surgió al salir de la ciudad. Buscando el camino hacia la carretera que me conduciría por los pueblos alpujarreños de Almería (Canjáyar, Laujar de Andarax, Fondón, etc...) me equivoqué y acabé cogiendo la autovía directa a Granada. Pensé “vale tío, pruebas a ver qué tal el viento, vas acostumbrándote y cuando no puedas más del acojone te sales y miras por dónde tirar”. Al cabo de cinco minutos salí y me puse a recalcular ruta.

La siguiente hora fue bastante agradable. Tomé la carretera correcta y disfruté mucho del entorno mientras iba aprendiendo sensaciones con la moto, “investigando” en las curvas, adaptando mi postura y acostumbrándome a la incomodidad de ver por el retrovisor los coches que por momentos se acumulaban detrás de mí.

Paré a comer en un pequeño bar de Laujar de Andarax que olía a carne a la brasa y a techos de madera. Estaba viviendo justo lo que quería vivir y me sentí afortunado por ello. Continué mi trayecto haciendo algunas paradas no planeadas cuando un instante no era suficiente para captar todo lo que me ofrecía el paisaje. En un momento decidí cambiar el itinerario ya que, debido a mi lentitud, podía tirarme todo el día conduciendo si seguía por la Alpujarra y estaba empezando a intuir que el cansancio me haría mella. Por ello decidí coger la carretera que llevaba al puerto de la Ragua, tras lo cual me esperaría una hora de autovía hasta llegar a casa. Quería pensar cuando coronara me sentiría con más capaz de enfrentarme al viento y a los coches pasándome como rayos.

La subida del puerto de la Ragua es una preciosidad que recomiendo a todo el mundo. En aquella época del año se podía apreciar el cambio de paisaje conforme iba escalando desnivel. Del verdor y la frondosidad del principio, pasando por los árboles desnudos y la tierra cobriza a mitad de camino hasta llegar a la nieve. ¡LA NIEVE! De buenas a primeras, tras unas sortear un conjunto de curvas cerradas, me vi rodeado de un paisaje blanco y esponjoso. Un frío del carajo se me empezó a meter por todos los agujeros del cuerpo, las piernas comenzaron a temblarme a rachas y la visera se me empañó tras echar una bocanada grande de aire. La ineficacia de mi atuendo me hizo aprender de una vez y para siempre cómo vestirme para viajar en moto. Subí la visera para no estamparme como cuando barreleo en boards Axx con boniatos y subí lo mejor que pude, con cuidado de no pillar un resbalón que me llevara al cielo de los moteros noveles.

Al llegar arriba, un grupo de familias se echaban fotos junto a muñecos de nieve de dudosas proporciones (es que soy muy perfeccionista) y jugaban a tirarse bolas unos a otros entre risas de anuncio de compañía aseguradora. Observé la imagen unos instantes con una sonrisa temblorosa y los mocos colgando como estalactitas, fui al baño del albergue que allí había para des-repostar y me subí a la moto dispuesto a bajar por la otra cara del puerto, buscando el destino que desde temprano me andaba aguardando.

Esta parte del trayecto fue la más amable de todo el viaje. La temperatura subía cada dos curvas, la carretera era más ancha y la visibilidad era absoluta. Poco antes del inicio de la autovía, el exceso de comodidad me había hecho creer que conocía todos los secretos de un buen motero. Al tomar la A-92 descubriría que sólo había sido un espejismo.

El viento hizo su aparición en cuanto rebasé los 90 km/h y sus puntuales empujones me hicieron aferrarme al manillar con una fuerza de 270.000 Newton (como luego demostrarían mis dedos agarrotados y blancos por falta de irrigación). Mantuve la cabeza todo lo agachada que se podía y me dije que sólo tenía que mantener el ritmo normal que llevaba, sin adelantar y pronto estaría en casa.

Al cabo de unos minutos una motaca, como la que algún día me compraré, pasó delante de mí y antes de desaparecer en el horizonte el que la conducía giró la cabeza hacia atrás mientras llevaba su mano izquierda hacia abajo mostrándome el gesto de la “V”.  Sin saber qué significaba exactamente (y esperando que no fuera “la moto pierde aceite” o “llevabas la rueda trasera desinflada”) me lo tomé como un saludo entre momentáneos compañeros de viaje. Algo así como “tú y yo estamos viviendo otra movida”. Me sentí reconfortado por de repente formar parte de una “tribu”, pero sobre todo, me ayudó a salir del estado de pánico silencioso en el que me encontraba.

La confianza que había ganado entre el fugaz encuentro con mi amigo el motero y las horas de conducción que acumuladas, sumada a un cansancio que dolía, me inclinaron a apretar el puño. Comencé a adelantar coches con mucha prudencia pero con determinación mientras rezaba todas las cosas que me sabía y algunas que me inventé sobre la marcha.

Cuando al salir de la autovía vi desde lo alto de un cerro la ciudad de Granada atardeciendo, exhalé todo el aire que había contenido aquel día y una inmensa sensación de paz me invadió y me llevó flotando hasta mi piso. Llegaba a su fin la primera de muchas aventuras.

Soy de un pueblo de la alpujarra baja y me alegro de que disfrutaras aquella zona, tiene sitios increíbles y se come bastante bien en casi cualquier venta del camino. No soy muy fan de las motos pero si he subido en bicicleta varios puertos de la zona y es una pasada, además no suele haber demasiado tráfico y vas bastante tranquilo.

En bicicleta... Me cuesta la vida xD.

Estoy deseando que llegue el 18 para volver a escaparme por allí en busca de aire fresco y jamoncito.

Nunca e sido motero pero después de mi apasionante lectura mañanera, con mi cafecito recién hecho y mi cigarrito de rigor me ha entrado ganas de planificar una ruta......

te deseo muchas aventuras en tu vida 

Es un placer leer tu blog compañero 

un regalito por aqui

https://youtu.be/DhaN5DsyEbI

Buenos días tío, gracias por el fantástico regalo. Nunca había escuchado un tema así y me ha encantado. La escena está montada muy chula. Gracias también por tus buenos deseos.

Que sean para ti también todas las aventuras que el cuerpo te pida, en moto, en bici como Wizardo7, a pie o incluso con la cabeza ;)

A grindar que es viernes!

Primer cumpleaños del blog.

El 7 de diciembre de 2019, en China un señor mayor compraba un murciélago para hacerse una sopita y yo escribía el primer mensaje de este blog. Las consecuencias de ambos acontecimientos marcarían las vidas de millones de personas durante 2020.

Por aquel entonces acababa de aprobar unas oposiciones que me habrían asegurado una vida humilde pero tranquila. A pesar de mi buena nota, la falta de puntos de interinidad me hizo quedarme con dos palmos de narices.

Mientras me preparaba para la siguiente convocatoria y empezaba nuevamente con los spins me enteré de que la forma de montar la bolsa de interinos (a través de la cual estaba seguro de que conseguiría un puesto para ese curso) se haría de una forma bastante injusta. Esto me dejó en bragas y me hizo replantearme la situación. Decidí dejarla aparcada y probar a centrarme en el poker.

Tiempo antes, al inicio de las oposiciones trabajé en el Corte Inglés vendiendo maletas, y cuando me mandaron de viaje por mis problemas de espalda mis padres me echaron una mano. La falta de una total independencia económica ha sido algo que me ha pesado mucho y me ha resultado difícil de aceptar desde que terminase la carrera y el máster y me pusiera a buscarme la vida. Por eso cuando decidí dedicarle más tiempo al poker pensé que mi oportunidad de volar del nido había llegado. Y sí, pero esa oportunidad contaba con un doble filo que tendría consecuencias en mi desarrollo como jugador.

Desde entonces hasta que llegara el confinamiento las cosas no pudieron ir mejor. A finales de enero subí a 10s y empecé a petarlo con bastante facilidad a pesar de la cantidad de leaks que tenía. Comencé a pagarme la vida y a principios de abril ¡ABRIL! estaba haciendo mi primera incursión en 20s. Subí con 100 cajas que ahora me parecen una risa y me pegaron tal hostia que con el rabo entre las piernas volví a 10s a seguir viviendo tranquilo.

Como mis gastos eran bastante comedidos y en última instancia si la cosa se torcía un poco podía contar con algo de apoyo económico, pensé que en no mucho tiempo haría algo más de banca y subiría para quedarme y curtirme en 20s. La idea de llegar a 50s parecía incluso cercana (el cuento de la lechera). Durante el mes de mayo el plan fue saliendo a la perfección. Ayudado por la cantidad de fishes que había, las ingentes horas de estudio que llevaba en el cuerpo y varianza positiva, me pegué una runeada bastante guapa. El tema es que en ese mismo mes a mi novia le dieron el puesto en Nottingham y una nube de gastos futuros se plantó encima de mis planes.

Pensando que no tardaría mucho en volver al nivel de banca holgada que había conseguido, me fui a Reino Unido pegándole un buen hachazo a mi banca. Esto hizo que todo se volviera mucho más complicado y volver a la normalidad me costaría tiempo, progreso y salud mental. Es fácil idealizar el hecho de irte con tu pareja a un país extranjero a vivir aventuras. Pero en medio de una pandemia y con la pasta justa las cosas no son tan bonitas (aunque lo son, por supuesto).

El caso es que hace no mucho volví a probar 20s pero nuevamente sin una banca suficiente como para soportar la varianza (al menos a nivel mental). Al volver nuevamente a 10s me dije que esperaría a tener 200 cajas mínimo para volver a subir (150 para shotear), pero el hecho de vivir casi al día me ha generado mucha ansiedad, lo que a su vez me ha dificultado estar totalmente focus, grindar lo que debiera y en definitiva sacar lo mejor de mí para desarrollar mi carrera. Cuando parecía que todo empezaba a rodar, llegó el cambio de Ipoker y me acojoné del todo. Aparte de los días que perdí con el cambio de sala, la lentitud de los spins allí y el regfest constante de Party supusieron un hostiazo en toda regla que me hizo dudar mucho de mi futuro como jugador y mi vida en Nottingham. Decidí jugar en 20s para renovar avanzado y por suerte acabé el mes sin bustear la banca.

Así de afilado es el otro lado de la navaja de la independencia económica y de no pensar las cosas con calma. Si en mayo hubiera decidido quedarme unos meses hasta hacer más banca e irme con mi novia después jugando 20s (y por qué no, shoteando 50a), no estaría viviendo con la soga al cuello, viendo como mi banca crece lentamente y con una losa mental constante que dificulta ser todo lo profesional que debería.

Tampoco es que pretenda hacer de esto una queja al Curro de hace un año o unos meses ni una justificación al de ahora. Pero está bien tomar nota de las cosas cuando son relevantes. Empecé el blog en 5s y ahora estoy en 10s. Si me guío por eso, mi progresión ha sido escasa. No obstante, he crecido realmente mucho como jugador en todos los sentidos y he evolucionado y aprendido como persona. Si midiera mi carrera en escalones de aprendizaje, creo que el más básico está superado. Pero soy ambicioso, no quiero vanagloriarme de sobrevivir jugando a las cartas. Quiero y sé que puedo llegar lejos. 

Para el próximo cumpleaños del blog me gustaría decir que estoy en 100s. Pero sobre todo me gustaría decir que a pesar de todo he apretado el culo más que nunca para llegar a donde esté.

Dejo una gráfica que está incompleta. Tuve problemas con el PT4 y borré todo desde abril hacia atrás pensando que no volvería a 10s (ingenuo de mí). La putada es que esos meses que faltan me subirían las chips en 10s por encima de 80/85 que siempre queda más guapo xD.

No quisiera terminar sin agradecer a todos los que me seguís el apoyo así como vuestros comentarios, experiencias y manos random que hacen que esto tenga vida.

Feliz lunes!

Buenas Curro! Ayer me escuché el podcast que recomendaste a un compañero de fontaneirote (me clavé las 3 horas que creo que dura) y me gustó bastante. Aunque obviamente no es ejemplo, y lo recalcaron bien, me quedo con lo que dijo fontaneirote sobre el estudio. Según lo entendí, el tío tuvo unas etapas de estudios muy fuertes que hoy en día le sirven como base para ser un top reg en 100s y prácticamente no tocar el estudio.

Llevándomelo a tu caso, me quedaría con que tu progreso no ha sido subir de 5s a 10s, si no que seguro que estás mucho más cerca de tener esa base sólida que permita jugar >50s. El resto... pues ya lo sabemos todos, volumen y curro que todo llega!!

Pedazo de charla. A ver si nos vemos así en no mucho.

Me quedo con lo que dices, aunque por momentos el ego pica. Pero bueno a grindar que las fechas navideñas seguro que traen regalos ;)

Me podeis pasar el podcast para escucharlo?

Estoy con scrgz, no hay excusas, para mi el primero, no creo en el destino, creo que el destino se hace cada dia, con los pensamientos y los actos que hacemos cada dia.

El ego hay que dejarlo de lado en esto, piensa que es una carrera de fondo en la que solo compites contigo mismo y no un sprint de 100m. Tienes un cev razonable en 10s así que no tendrás problema en 20s, lo malo es que como te vea la roja Mark te va a faltar Inglaterra para correr.

Espero que logres asentarte el año que viene en el stake que quieras pero sobre todo espero que sigas escribiendo que da gusto leerte. 

Ahí lo llevas!

https://open.spotify.com/show/3sHUOt0hXvmXHmRsOMtTyo?si=GWnZzqdET7elR5A…

Gracias por tus palabras Sergio. Claramente si estuviera trabajando como un hijo de puta otro gallo cantaría. Cuando subí la gráfica me dio hasta un poco de vergüenza porque no es coherente con los objetivos que me marqué. Esto de verme frente al espejo tiene la putada de que las vergüenzas quedan al descubierto pero me ponen en un "todo o nada" que me iba haciendo falta. Lo bueno es que, como dices, depende de mí. 

Por lo pronto los cuentos que vaya poneindo por aquí serán más anécdotas y pequeñas historias que castillos en el aire en relación al poker.

Gracias de nuevo tío. A currar.

ya se la ha visto en varias revisiones pero ya a curro lo ha dejado por imposible...

vaya figura del paint estoy echo xd

Tío aquí lo tienes

https://open.spotify.com/episode/0TdHlLSN8fufQziAhEnZm0?si=mcyKAoEJRaKY…

Gracias por pasarte a ti tambien y por tus palabras :)

sinceridad brutal y absoluta, poco mas se puede pedir, nos podemos aplicar el cuento muchisimos.

Coincido contigo aunque es verdad que cuando empiezas a un ritmo bueno de subir niveles te crees que en poco estás jugando el PPM quitándole el puesto a Javitxu xD.

La roja está cambiando por suerte. Me miré la base de datos y estaba regando como un campeón preflop en tramos cortos. Mi última revisión da buena muestra de ello (hasta que me fui a party y la lié).

Gracias por los ánimos tanto en el poker como de cara a seguir alimentando el blog. Me alegro mucho de que lo disfrutes.

Buenas Curro! ayer me recomendaron este blog así que aquí estoy para apoyar la causa y aprender todo lo que se pueda :)

Bienvenido PodencoKING! Siente esta como tu casa. No sé si aprenderás algo aquí, pero como mínimo espero que te sirva para entretenerte de vez en cuando.

Aprovecho para animarte a que desempolves tu blog :P

Gracias por unirte!

Un café por tus pecados.

Una tarde de hace casi 20 años estaba dando una vuelta con unos amigos por el centro de Almería (la ciudad en que nací y viví hasta que me fuese a estudiar a Granada), cuando nos cruzamos con el hombre que hizo posible esta historia.

De estatura media, vestía el típico chándal ochentero verde y amarillo que estaba desgastado por años de ser su único atuendo. No obstante lo lucía con la dignidad de quien no le debe nada a nadie e incluso con cierta pulcritud. Caminaba con gesto tranquilo arrastrando unas grises zapatillas de fútbol sala a las que faltaban goles y sobraban kilómetros y llevaba sobre su hombro izquierdo un gran petate de tonos militares lleno de cosas cuya utilidad solo él conocía.

Tenía la tez bronceada, bastante seca y su calva en la parte superior de la cabeza mostraba algunas manchas oscuras fruto de una exposición prolongada a las agresiones solares. Su poblada barba, entre gris y negra, me suscitó una ligera envidia al pensar en los pocos pelos que desordenadamente empezaban a crecer en mi inocente cara de adolescente.

Poco antes de acabar de cruzarnos con él, nos miró y dijo algo que no recuerdo literalmente pero que fue algo así como “ustedes, con esas ropas tan bonitas, ven la vida de una forma muy fácil”. En ese momento me paré  y de repente me vi fuera de contexto, como si me resultara difícil seguir andando con mis amigos. Movido por yo que sé qué, le dije espontáneamente “te invito a un café”. El accedió y entramos en la cafetería Colombia, normalmente ruidosa pero que por suerte aquella tarde se encontraba vacía.

Él pidió (creo recordar) un cortado y yo una Cocacola, ya que por aquel entonces no estaba acostumbrado al café. Empezamos a hablar un poco sobre todo. Me estuvo contando que venía de Sudamérica y andaba de un sitio a otro. Todo era bastante estándar y coherente con el aspecto que lucía y los bártulos que llevaba. Recuerdo que una parte de mí estaba escuchando y la otra estaba pendiente de parecer lo suficientemente adulto. Resulta graciosamente tierno recordar aquellos tiempos en los que a menudo intentaba dejar atrás al niño que en realidad era para ser visto como un hombre. Esta fue una de esas ocasiones.

Entre viajes e historias transcurrió la conversación hasta que hablando con cierta preocupación sobre el destino de la humanidad me dijo “yo soy Jesucristo reencarnado”. Aquellas palabras preactivaron pero no llegaron a disparar la alarma de loco a la vista. Preferí aprovechar la oportunidad y le pregunté por qué había venido otra vez. Me respondió que tenía que completar su misión, que las cosas estaban muy mal. Cuando le pregunté cómo se hacía llamar entonces, me dijo con una sonrisa condescendiente, como si fuera obvio, “Salvador”.

El resto de la conversación está algo emborronado en mi cabeza (ha pasado mucho tiempo), pero recuerdo cuando al cabo de un rato mi padre vino a recogerme (y a tomarse el detalle de pagar la cuenta) y Salvador y yo nos despedimos. No le estreché la mano como usualmente, sino que lo hice en plan colega, como cuando echas un pulso. Me dijo que “me gusta como das la mano, porque en la Iglesia te la dan de la forma habitual pero con la otra te clavan un cuchillo”

Tras llegar a casa no pensé mucho más en aquel evento hasta unos pocos años después, cuando caí en la cuenta de que no todo el mundo podía decir que había invitado a un café a Jesucristo. Aparte de hacerme gracia, me sentí afortunado por haber vivido una experiencia como esa y por el posible beneficio que obtendría cuando me encontrase con San Pedro.

Esta mañana, tras comprar un café para llevar, me crucé con un señor con una barba larga y pinta de viajero del desierto que portaba un báculo y andaba como si flotase. No hemos hablado. Él no ha reparado en mí y yo he pensado sin prestar mucha atención que sería el loco del barrio. Al cabo de un instante me he visto a mí con 13 o 14 años mirando a Salvador y me he puesto a pensar en todo lo que he cambiado desde aquel lejano primer encuentro. Cuando era un chaval me resultaba más fácil mirar con curiosidad las cosas que pasaban a mi alrededor. No perdía la oportunidad de interesarme por los demás, de hacer miles de preguntas, de querer cambiar el mundo, de ser crítico con todo y a la vez estar vacío de prejuicios... Supongo que es lo que tiene la adolescencia y el chute de hormonas y experiencias nuevas que empiezas a vivir, pero hoy he sido muy consciente de cómo con mi capacidad para sentirme indiferente antes ciertas cuestiones o dar por hechas determinadas cosas ha ido aumentando progresivamente. Y si bien esto tiene una parte positiva asociada a la evolución y el crecimiento a través del aprendizaje vital, tiene otra negativa que es la de haber dejado dormida (aunque no del todo) una parte esencial de mí. Quizás estaría bien tomar un café con ese muchacho, a ver qué se cuenta.

Aguantad la respiración que ya llega 2021.

Decir que 2020 ha sido un año difícil sería caer en un topicazo. También lo sería decir que decir que 2020 ha sido un año difícil sería caer en un topicazo. Incluso me atrevería a decir que decir que decir que 2020 ha sido un año difícil sería caer en un topicazo también sería caer en un topicazo.

No obstante y a pesar del acuerdo generalizado que intuyo sobre esta cuestión, no podemos olvidar que el camino de uno suele estar plagado de circunstancias particulares, que vivimos y gestionamos según sabemos en cada momento y que la dirección de nuestros pasos a menudo se vuelve sinuosa por una mezcla de casualidades y decisiones. En mi caso las complicaciones, la incertidumbre, los errores y cambios que he vivido este 2020 superan a los años anteriores por mucho.  Muchísimo. Además, al margen de lo personal, he acabado este mes palmando 150 cajas de 10s (eso sí, con un juego muy pobre que, aunque tenga varianza, apenas ha estado en las 25 chips/ev). Esto ha sido un golpe duro que me ha afectado bastante y me ha hecho replantearme algunas cosas. Después de estar todo el año viviendo (al día, pero viviendo) del poker, de repente me veo con la banca justa para 10s, más pelao que nunca para afrontar gastos y con mi confianza necesitada de una RCP.

Sin caer en el wonderfullismo, esto tiene su parte positiva. Aunque ya estaba bastante concienciado, este down me ha enseñado con rotundidad las consecuencias que pueden darse por hacer las cosas tan mal como las estaba haciendo tanto a nivel de volumen como de gestión de banca. Aun así no deja de ser un hostiazo y tampoco me quiero regañar más de lo que lo ya he hecho. Toca ver cómo proceder. Como detalle curioso, voy a empezar 2021 como empecé 2020. En intermedio y jugando 5s (hasta que vuelva a UK a principios de enero).

Después de tomar un poco el aire a nivel mental, voy a volver a estudiar y a ir metiendo volumen sin demasiada presión para recuperar confianza. Actualmente tengo la suerte de contar con algo de apoyo de mi familia y mi pareja, por lo que podré pillar ritmo en enero (sin dormirme en los laureles). No obstante estoy mirando la posibilidad de currar en algo temporalmente. Esto bajaría mi dedicación al poker pero me permitiría no pedir ayuda y no tocar la banca para que creciera libre y feliz hasta que volviese a dedicarme sólo a grindar. Es mala época para buscar curro en el extranjero pero existen algunas opciones (eso sí,algo remotas).

En cualquier caso mis objetivos para 2021 son los siguientes:

1. Volumen y estudio: meter mínimo 3000 spins al mes (lo suyo serían 4000) cuando esté dedicado full time al poker. Dedicar 6 horas al estudio cada semana. Adquirir un mayor compromiso y coherencia más allá de las circunstancias.

2.Estatus Educa: llegar a Experto (cuanto antes mejor).

3.Stake: al final de año quisiera estar en 50s como mínimo. Este año habría sido posible de no haber cometido ciertos errores y como no pienso caer en ellos de nuevo, sé que es un objetivo asumible.

4. Gestión de banca: independientemente de si encuentro trabajo o si no, como no voy a tocar (al menos no tanto como antes) la banca, mi idea va a ser la ir creciendo y hacer pequeños shoots en 20s hasta que me asiente. No he decidido aún de cuántas cajas los haré, pero el tema es ir asentando el bank por abajo y poco a poco ir perdiendo el miedo al stake y reducir mi aversión al riesgo.  

5. Rutina, alimentación, deporte y autocuidado mental: los últimos meses han sido muy jodidos  en general y erróneamente he acabado por dejarme bastante. Es el momento de decir “hasta aquí” y volver a una senda constructiva. Al menos respecto a lo que de mí depende.

6. Desarrollar más mi faceta creativa: esto podría ir en la parte de autocuidado pero le doy un apartado especial porque lo merece. Noto mucho cómo me cambia el chip cuando de dedico tiempo a hacer las cosas que más me llenan. Leer y pensar historias, hacer magia con mis cartas y monedas, tocar la guitarra, darle a la cabeza y ensoñar en general.

7. Startup: seguir aprendiendo más de este mundo tan lleno de posibilidades y prepararme para lo que venga, bueno o malo. Acostumbrarme a las curvas y disfrutar del camino.

Por último espero que sea como sea que hayáis acabado este curioso 2020, empecéis el 2021 bien acompañados, con algo de resaca y llenos de ilusión y fuerza. Os deseo lo mejor.

¡Nos vemos!

El culo y sus cosas.

Llevaba tiempo sin actualizar el blog y creo que va tocando. Hoy no contaré historias "trambólicas" y aunque me gustaría dedicar unas líneas al anónimo y confiado frutero que a las 6:30 de la mañana de este sábado me dejó a deber un plátano como sustituto del omeprazol, prefiero hablar de cómo ha ido la última semana a nivel pokeril principalmente.

Digo última y no últimas porque ha sido cuando he vuelto a la normalidad, dejando atrás unos nubarrones navideños que, aunque necesarios para crecer, no tienen mucho interés "blogístico".

Desde el lunes hasta el jueves pasado he metido un volumen de 600 spins. También estuve dedicando tiempo a repasar algunas manos, quedé con mi grupo de estudio, que llevaba parado desde diciembre y vi alguna clase para repasar conceptos. He podido apreciar el curioso comportamiento que tiene mi culo al estar sentado dependiendo de la actividad que esté realizando con el resto del cuerpo. De la placidez ojetal mientras miro vídeos de gatos en youtube ad infinitum a los constantes cambios de postura cuando supero los 100 spins. 

Ha sido satisfactorio domar mis nalgas, no sólo para ajustarlas correctamente a la silla, sino para que no se levantaran hasta cumplir objetivos. Apenas cuatro días no son muestra de mucho, pero son el inicio de algo. No fueron más porque me fui a Granada a disfrutar con mi novia del finde en el campo antes del cierre perimetral de las provincias. Anoche volví y pensé que sería interesante plantearme retos semanales de volumen. La media de 150 spins diarios me parece asumible, pero sobre todo deseable para el jugador que quiero ser este año. Es por ello que esta semana me propongo conseguir 1000 spins en 6 días de grind. Estaré mixeando 5s, 10s y 20s (con objeto de ir subiendo la banca más o menos rápido) El próximo lunes sabremos si he cumplido o no.

Asociado a esto de tomarme en serio la disciplina y la constancia, llevo un par de semanas haciendo ayuno intermitente, haciendo deporte y meditando por las mañanas. Aunque no soy 100tífico y no he leído demasiado sobre el tema, por lo poco que ha caído en mis manos sumado a cómo me siento, lo de ayunar parece que va a resultarme beneficioso tanto a nivel de salud como a nivel mental (control de impulsos, disciplina y serenidad).

Por lo demás, mi vuelta a Nottingham se retrasa hasta mediados de febrero. Mi pareja y yo creímos que para estar medio encerrados, mejor con la familia y disfrutando de luz solar directa que aislados en un lugar frío y lúgubre habitado por seres que visten calcetines con sandalias y que te saludan como si fueras una bestia de carga al grito de ¡hiya! Esperamos que a nuestro regreso haya pasado lo peor del invierno y la pandemia.

¡Que tengáis una buena semana!

Bienvenido a los ayunos y la meditación, no lo dejes y verás como tú vida cambia. 
   
 

Lo de sandalias con medias es imperdonable.

Gracias noramac, a ver si consigo implantarlo a largo plazo que tiene muy buena pinta todo esto.

Ojo nimzoindo que lo mismo son los precursores del goretex (por aquello de que el pie está caliente pero aireado) y tenemos más que aprender de ellos de lo que nos creemos xD.

Se ha quedado un primer día de reto interesante: 224 spinetes.

Os dejo un temazo de Pepín Tre. Que lo disfruten.

https://www.youtube.com/watch?v=DBVzCWQXlCg&ab_channel=Pep%C3%ADnTre

Si, yo no digo que no, tengo que aprender mucho de todo el mundo. Pero zandalias con medias es como mocasines con joguineta. Hay limites que no hay que pasar.

Objetivo conseguido: 1000 spins en una semana.

Pues eso. Después de 6 días de grind he llegado a la decente cifra que me propuse hace poco, mezclando 5s, 10s y alguna incursión en 20s y jugando principalmente a 3 mesas, con algunos momentos de maximum focus a 4 y otros a 2 cuando estaba reventado de cansancio.

Creo que es legítimo que me autofelicite por haber logrado un objetivo, pero también es justo asumir que este volumen debería ser lo normal.

Me ha gustado mucho verme cumpliendo con mis horarios, haciendo el ayuno intermitente, practicando deporte y en general auto-cuidándome para sumar EV a mi vida y de paso al poker.

Por una casual recomendación ha caído en mis manos el libro "Invicto", de Marcos Vázquez, en el que habla de los principios estoicos y su aplicación práctica para una vida virtuosa. Entre las virtudes a trabajar se encuentra la disciplina y la verdad, no podía haber empezado a leer en mejor momento.

A propósito de libros, también me estoy leyendo "El médico", de Noah Gordon. De mayor quiero ser cirujano barbero y viajar a Persia a convertirme en médico xD.

Esta semana se presenta interesante, porque estoy a poco menos de 1000 spins en 10s para volver a avanzado (esa primera semana de enero casi en blanco... me cago en...) así que me pongo a ello. Me asusta un poco la varianza con la nueva estructura de sportium, pero bueno, estoy en 130 cajas así que con algo de suerte no tendré que meter 5s.

Nos vemos!

enhorabuena por los 1000, ahora a por los 1500...

5s???

Gracias Axel, me parece una cifra asumible a poco de apretar un poco más el culo a la silla.

Lo de 5s es porque en diciembre tuve una butra de 150 cajas que me dejó tiritando y estaba un poco acojonado. Poco a poco voy recuperando la confianza y la banca. 

Enhorabuena por el volumen!!!! De mayor me gustaría ser como tu :)

Buenas, me fascinó ese libro cuando lo leí de adolescente. Era de una colección de novelas que fueron llevadas a la pantalla (ya sea grande o chica). Otro libro de esa colección que me atrapó más que el promedio fue Raíces.

Vamos Curro!! Estaba claro que lo que te faltaba era volumen, así que enhorabuena por esas cifras!!

Ahora a encadenar unos cuantos meses así y en nada estás en 20s de nuevo! Por cierto, no sé cómo consigues mezclar 3 stakes, yo saldría loco jajaja

1000s en una semana.... yo hay dias que no llego jajajaja

Coña me parece brutal yo sueño con esas cifras, jajaja ya me enseñaras como lo haces.

Pues me lo apunto también para cuando termine con este ;)

Espero que tengas razón y estemos en breve dándonos guayabas por allí.

Lo de los stakes bueno, en realidad diría que fueron 2 porque en 20s eché unos pocos. En cualquier caso, con 5s quizás openshoveaba más en tramos medios.

Me siento más contento porque en 5s es más lento, pero ahora en 10s debería hacer 1500 como dice Axel, aunque paso a paso.

Mucho más importante de lo que nos creemos, enhorabuena y a seguir así!

Cash Converters. Episodio I.

Mi primera experiencia en Cash Converters tuvo lugar hace ya algunos años, cuando apenas contaba 21 o 22. Por aquel entonces tenía un ordenador de torre que calentaba más que una estufa de pellets y un monitor que puesto en mitad de un prado podía confundirse con un antiguo altar de piedra dedicado a sacrificios típicos de épocas paganas.

Modernizar mi ordenador era algo que había ido posponiendo desde hacía rato, haciendo gala de una mezcla entre procrastinación y algo así como “empatía” hacia los cacharros viejos. Pero después de unos cuantos fallos que pusieron en juego la presentación de trabajos académicos, decidí que era el momento de cambiar.

La torre salió mal parada. Aún recuerdo el aullido metálico que soltó tras lanzarlo al fondo de un contenedor. Una especie de maldición desesperada propia de quien conoce pero no acepta lo cerca que se encuentra de la muerte.

El monitor, por otra parte se encontraba en perfecto estado. Era gris, pesado y enorme, pero funcionaba. Como iba a comprar mi primer portátil (gracias al cual descubriría los trenes como mi lugar favorito para estudiar), debía hacer algo con él. Aprovechando que el Cash Converters se encontraba justo en una calle paralela a la mía, a más o menos 5 minutos, decidí ir allí para venderlo.

En el corto trayecto hacia la tienda mis delicadas manos de burgués se retorcieron una y otra vez, cambiando de posición para atenuar el dolor que las esquinas del monitor y su soporte generaban. Pensé que debía dejar de hacer press banca en el gym y empezar a darle caña a las manivelas esas que regalan en las farmacias.

Llegué a primera hora de la tarde y me encontré una larga cola de gente que aguardaba la apertura del local dispuesta a deshacerse de todo tipo de objetos: un acordeón al que faltaban un par de botones, un saco lleno de libros,  un aparato de cocina cuya utilidad no supe descifrar, etc.

A pesar de mi impaciencia congénita, supe aprovechar el tiempo de espera pensando en lo que pediría por él y lo que haría con los pingües beneficios que sacara de aquel negocio. Calculado en cervezas me salía una noche de acabar pidiendo la hora. También estaba la opción de ser más comedido con el alcohol y sumar una buena cena en un restaurante italiano, previa tarde de cine, café y juegos en El Continental.

Pasadas casi 2 horas llegó mi turno. Mientras me acercaba, el empleado tras el mostrador me observaba con cierto desdén y actitud resabiada, haciéndome ver con su lenguaje corporal que los términos serían los que él dijera. Cuando apoyé el monitor sobre el cristal, el señor le echó un rápido vistazo y me preguntó sin mirarme “¿cuánto pides?”. Con determinación, dispuesto a pelear cada céntimo, le respondí “30 euros”. Él negó con la cabeza sin inmutarse y lanzó su contraoferta. “Te doy 3”. Mi primera reacción fue reírme, pues no tenía sentido aceptar semejante cantidad por un objeto tecnológico, aunque fuera por el peso que tenía. Pero cuando vi que el rostro de mi adversario no hacía ni media mueca, me di cuenta de que estaba perdido.

Rápidamente asumí que no era el genio negociador que había pensado durante la larga espera. No tenía muchas opciones. Por un lado podía fruncir el ceño, hacer un alegato en contra de la ridícula oferta y cargar con mi indignación hasta mi piso para esperar a que el mercado vintage estuviera en alza. Por otro, podía aceptar la miseria que me ofrecían, deshacerme del pesado armatoste y recorrer el pasillo hacia la salida, cabizbajo como todos los ingenuos que esa tarde antes de mí fueron a aquella tienda en busca de riqueza.

Al final opté por lo segundo. No me apetecía sentir que había perdido una tarde para nada y mis manos no estaban preparadas para un otro viaje. Tan pronto como hube salido de aquel lugar, entré en el primer bar que vi y gasté mis 3 euros en una Cocacola, que por casualidad o por necesidad, fue la más fresca y sabrosa de las que he probado en mi vida.

ese filosofoooo!!!!

Bueno pues se ha acabado por fin este primer mes del año que, haciendo honor a su fama, se me ha hecho un poco cuesta arriba.

Aunque estoy contento por cómo he respondido una vez me he puesto las pilas, el haber empezado en serio tarde (sobre el día 10) deja como resultado un volumen que no refleja para nada mis objetivos de este año.

La última semana me he notado más cargado de la cuenta por diversos motivos. En lo pokeril he visto cómo se me escapaban varios multis interesantes y la varianza me ha hecho cagarme en la madre del que decidió la nueva estructura. He acabado bajando mesas, intentando mantener el focus pero con cierto lastre mental y he grindado menos. Es lo que tiene vivir al día jugando a esto. Ya he hablado en otras ocasiones sobre mis decisiones en este sentido y no voy a volver a ahondar en ello, pero niñas y niños del mundo, haced caso a vuestros papás. Ahorrad más de lo necesario, tened paciencia y no penséis en iros a Andorra al primer up que os venga.

Esta semana que entra volveré con las pilas recargadas, con ganas de echar más horas que un reloj para meter volumen y subir de estatus (al final no llegué a avanzado) y muy ilusionado por la 5.0.

Os dejo la gráfica del mes. Aunque al principio se me va al infierno la roja, estudiando la cosa mejoró, pero es curioso lo fácil que es despistarse y que se vayan fichas por ahí. Este mes estudiaré a tope para que tienda hacia arriba o como mínimo se aplane más.

Un abrazo y suerte en las mesas!

Gracias Mark!

Estoy convencido de que entre la nueva Educa y un poco de esfuerzo llegaré a ser el vecino más temido de Nottingham xD

Buen comienzo compañero, yo estoy seguro que este año vas a reventarlo 

gogo

Este año los dos en 50s mínimo y mirando revistas de yates ;)